viernes, diciembre 28, 2007

MARCO (JOSÉ ANTONIO) Y CLEOPATRA

Hola. Observaciones a los comentarios de ayer:

A-OK por lo de Barnum. Es decir, dijo cosas como las que el lector de ayer cito. Y, además, por el mismo precio, creó una sirena. Barnum, en fin, creaba sirenas y las ofrecía al público. El público consumía sus sirenas como rosquillas. Lo inquietante de las sirenas es su canto. Otro modelo de escritor alejado de Barnum, en vez de exhibir sirenas hubiera exhibido su canto. O no. Mi abuelito, analfabeto, disponía colorines –es decir, jilgueros- al lado de canarios, para que aprendieran a cantar. Cuando los jilgueros se quedaban con la copla le daban dos vueltas a un canario. Y mi abuelito decía que cantaban como sirenas. Igual todo esto viene a cuento de que mi abuelito estaba más cerca de Homero que yo. Sus sirenas eran diferentes a las mías. Vaya, me he salido de tema.

B-Les agradecería que intentaran tomarse la seriedad con la que intento utilizar el concepto marketing como yo. Es decir, con absoluto pitote. El hecho de que no sólo la industria cultural, sino los productos culturales actuales reciban una interpretación a través del marketing, sólo sirve para apuntar que el rey está desnudo. Y, nosotros, más.
-LA DESNUDEZ. Hola. Ahora hace una semana. Un juez va y condena a prisión a varios miembros de un partido, por pertenencia a banda armada. Algo peligroso. El campo semántico del concepto banda-armada –por aquí abajo, un MARCO como la copa de un pino-, se está ampliando à gogó. Con esta progresión, vete a saber lo que ese campo semántico cobijará en cuatro días. Igual, glups, a mi mamá. Anyway. Lo llamativo de la sentencia es que fue periodístico-artística. Me explico. La sentencia fue una especie de artículo de opinión español ad-hoc. Es decir, la defensa de un MARCO. Si no de EL MARCO. El do de pecho estilístico de la sentencia fue que la padrea de partidos y organizaciones condenados eran “La entraña de la bestia”. Una imagen con cierta calidad literaria. El copyright del concepto es de Martí. “Viví en el monstruo y conozco las entrañas”, etc. El monstruo era la Yuma, que diría Martí o mi abuelito. O los USA, que diría su nieto. Martí es una de las cúspides de la narrativa en castellano. Su prosa poética es uno de los jalones de esta lengua y de este género. Otro de los jalones que delimita los límites del género de la prosa poética en castellano no es otro que, glups, José Antonio. Hombre de su tiempo que se comió a Ortega y los poetas que consumieron los poetas de su generación. Que, socorro, no es otra que la del 27. Anyway otra vez. El caso de la cosa es que una sentencia, en vez de convocar un articulario, convoca, socorro, un autor prestigioso y un género cuyos límites Peninsulares apuró José Antonio. Convoca el arte. El arte ¿real? Y la poesía en prosa actual. La poesía en prosa actual se emite desde los diarios. Los diarios del día, por cierto, fueron en la misma línea poético-política que la sentencia.

-LOS MARCOS DONDE NO HAY CUADRO. Meditaciones: cuando un juez se pone poético, es una caja de sorpresas. Le puede salir Martí. Pero también -y ya van tres glups- José Antonio. Por lo demás, la cultura que exhibe un juez no difiere de la que exhibe la prensa. De hecho, con Martí o sin Martí, no leí ningún artículo que sometiera a sospecha la sentencia, la prosa poética, o el hecho de ir por la vida ilegalizando partidos. Esos planteamientos carecen de MARCO. De lo que se deduce que un MARCO, por aquí abajo, es una frase poética chula, en la que puede caer Jose Antonio de cuatro patas, y que comparte un juez y un periodista. O el Estado y la Cultura. El MARCO, el éxito, por aquí abajo, sólo explica la proximidad de un intelectual al Estado. Los MARCOS, por aquí abajo, son garantía de estabilidad y felicidad. Salirse del MARCO es exponerse a una felicidad triste. Es decir, algo difícil y que suena a chino, que sale por patas, por esos motivo, de un MARCO sencillo como el mecanismo de un botijo. O, como diría Barrett:

“No hay dinero sin éxito, y no hay éxito sin halagar los instintos de la mayoría. (…) Y así mientras la cortesana vive de hacer cosquillas en la piel de sus clientes, el artista vive de hacerlas en el entendimiento de los suyos -¡que suelen ser los mismos!"

jueves, diciembre 27, 2007

THE LOPE BOAT

Hola. Resumen del último día. Morán, que a su vez remite a Barrett que a su vez va y dice:

“No hay dinero sin éxito, y no hay éxito sin halagar los instintos de la mayoría. (…) Y así mientras la cortesana vive de hacer cosquillas en la piel de sus clientes, el artista vive de hacerlas en el entendimiento de los suyos -¡que suelen ser los mismos!"

Es decir, el límite de las escrituras son los otros. Como muy bien señalaron algunos lectores que hicieron caer en este blog el palabro marketing.

Bueno. Ahora estoy con Ramos. Ramos es mi gran amigo de la facu. En la actualidad es medievalista en la UdG y en la UAB. Hablamos de la pertinencia de la descripción de Barrett en la actualidad. Pero mi interés es fijar desde cuando es pertinente. Yo voy y le digo Ramos, en qué momento el escritor decidió satisfacer al público. Ramos va y dice: “El mundo era feliz. Todo el mundo escribía para satisfacer a su amo, que era quién pagaba lo que se escribía. En esto llegó un mamón, que se llamaba Petrarca. Escribía para satisfacer a su amo, sí. Pero, y he aquí la novedad, también escribía cosas personales, para su disfrute. Y el de sus amigos. Esos manuscritos se difundieron. Crearon un público más amplio que el de los amigos.” ¿Un pollo sólo la lió? “Igual hubo otros Petrarcas, pero sólo trascendió aquel.” OK. Vale. Pero ¿Cuándo, después de la imprenta, un escritor decidió satisfacer al público? ¿Quién fue el primero en decidir que su oficio era la satisfacción del público? “Humm. No sé”. Entonces yo voy y digo: Cervantes, pongamos. “No. No tuvo público. Ni olfato” –nota de aquí el andoba: no tuvo MARCO, je, je- “Él creía que su gran obra era La Galatea. No el Quijote”. ¿Lope? “Puede ser. Lope escribía para satisfacer al público. El resto de autores de la época, como Cervantes, pensaban: este mamón no hace literatura, que hace churros”. “Su fracaso consiste en que lo que el consideraba su producción personal, algo en la línea de Góngora, que debería superar a Góngora, no le sale correctamente. Ni tiene éxito”. OK. ¿Cuándo nace el escritor actual, que no tiene línea personal en la que fracasar? “Siempre ha existido. Las cosas siempre han sido así”. Desde Tetrarca.

Hummm. La literatura siempre ha sido así. Satisfacer al público siempre ha sido un input. OK. Lo que no quita que Lope haya creado maravillas. O que, de pronto, en la cultura de masas, en la que todo el mundo es público, te sorprenda con construcciones elaboradas, que son puro arte -
si no se lo creen, escuchen esta letra- . Hummmm. Si los cambios no están en la literatura, en el arte, igual están en otro sitio. En el lector. O en el escritor. O en ambos. Lo que nos devuelve a la frase inicial de Barrett.

“No hay dinero sin éxito, y no hay éxito sin halagar los instintos de la mayoría. (…) Y así mientras la cortesana vive de hacer cosquillas en la piel de sus clientes, el artista vive de hacerlas en el entendimiento de los suyos -¡que suelen ser los mismos!"

Esta frase es un sustitutivo de la frase usted-se-encuentra-aquí.

lunes, diciembre 24, 2007

QUERIDOS POLLOS (DE BRESS)

-UN HOMBRE NO SÓLO ES LO QUE COME. ES TAMBIÉN LO QUE ESTÁ A PUNTO DE COMERSE. Hola. Les escribo mientras estoy haciendo a fuego lento un poulet de Bress con langosta. Este pollo, en otro orden de cosas, ha sido una de las causas por las que no les he escrito estos días. He estado cazando bisontes como un poseso. Posteriormente, he intercambiado la piel de los bisontes por un pollo de Bress. Que estoy cocinando ahora. Cocinar lo que uno come es lo que Goethe denominaba comer como los griegos. Cuando uno cocina lo que come está haciendo algo que le emparenta, pues, con los griegos y con Goethe. Y con todo lo contrario. Con los textos que has tenido que escribir para comerte un pollo de Bress. De hecho, estas líneas parten de esas meditaciones mientras cocinaba. Que a su vez parten de los últimos comentarios al blog.

-LA LIBERTAD. Y LA CALIDAD. Es curioso que algunos lectores hayan presentado el marketing como una herramienta útil para analizar textos y discursos, y para establecer su calidad. Encuentro todo ello, que lo pienso, muy acertado. Es más, me parece que sólo a la luz del marketing se puede entender lo que esta mañana a primera hora se considera, mayormente, literatura, política, arte o –incluso y todo lo contrario-, periodismo. Creo que en los próximos días atenderé esa línea de investigación que, hace un plis, cuando cocinaba, me ha puesto muy caliente. Casi más que al pollo de Bress.

-APERITIVO. EL punto de partida de las meditaciones al respecto, en todo caso, puede ser este. La semana pasada entre bisonte y bisonte –y pollo de Bress-, me leí el último de Morán. que, por cierto, empieza con una meditación sobre las gallinas. Una gallina es, de hecho, un pollo de Bress del cinturón. Bueno. La lectura que realicé saldrá en el blog de una manera u otra. Pero en este momento, zas, sale a partir de un texto de Rafael Barrett que, seguidamente, les transcribo:

“No hay dinero sin éxito, y no hay éxito sin halagar los instintos de la mayoría. Por desgracia, hoy, cuando casi todos los imbéciles leen, hemos de sufrir las consecuencias del sufragio universal en estética. Y así mientras la cortesana vive de hacer cosquillas en la piel de sus clientes, el artista vive de hacerlas en el entendimiento de los suyos -¡que suelen ser los mismos!"


Éxito, mercado y Estado –las cortesanas son las primeras funcionarias documentadas de la Historia-, aparecen unidos. El engrudo que une todo ello es algo que marketing describe. Posiblemente, más y mejor que la teoría literaría.

Bueno. Próximamente en esta sala, etc. Hasta la próxima, en la que retomaré el tema, intentado venderles el menor número de motos posibles.

jueves, diciembre 13, 2007

MONÓLOGO DE MARTÍNEZ BLOOM

Conferencia, mesa redonda o como se llame en el Círculo de Bellas Artes, Madrid D.F. Sobre la cosa CT, a través de meditaciones sobre el tapón generacional, que es el título del ciclo de conferencias. Sinopsis. Somos cuatro gatos. De los cuales, 89.678 somos los conferenciantes. El 100% del público minimal, al poco de iniciarse la cosa, mete la cara de persona que se ha equivocado de cosa. Conozco esa cara. La veo cada mañana ante el espejo. Mientras el acto evoluciona / evolucionan esas caras, medito en este tema: ¿por qué diablos somos tan aburridos? ¿Qué es la esencia del aburrimiento en esta sesión? Descarto la palabra “yo”. Por a) y por b). Siendo a) que soy la alegría de las bodas, y siendo b) que es malo pensar en esas cosas cuando te faltan 5 minutos para hablar en público. Y encarto los siguientes conceptos. “Las izquierdas”, “la cultura”, “la contracultura”, y “en concreto este tema”. Varios conceptos que igual son uno.

Hummm. Somos, en esencia, divertidos. Un producto nuestro –escaso, disperso, difícil de encontrar, abandonado a su tiempo y a su bola, le da 567 vueltas a uno estándar / CT-. El aburrimiento igual nace del hecho de que lo que estamos creando en este momento carece de nombre. Si exceptuamos el palabro tostón. Somos, en fin, inconcretos. Como les sucede a los tostones. El mundo, en los últimos 30 años, se ha convertido en un lugar inconcreto. Se ha vuelto tan inconcreto que hace años que nadie va a la Luna, ese lugar sin calles ni farolas: inconcreto. Aquí, de una arruga del celebro, me sale Toni Negri, un señor que ha dibujado la concreción del mundo inconcreto. Demasiado, para mi gusto. Que es lo que me pone nervioso de cierto marxismo. Dibuja tan bien la realidad que no cabe en ella tu novia cuando se pone guarri. Anyway. El mundo nunca fue un lugar concreto. Lucy, Australopithecus afarensis descubierta en Etiopía, jamás supo que vivió y murió en Etiopía. Negri, Trailer, corríjanme: el sujeto histórico en esta región de la Historia no es el proletariado, que somos todos. Cuando el sujeto histórico de la globalización se conciencia, se pone cachondo y la lía, Negri va y le llama La Multitud. En todo caso, La Multitud –lo constato con un simple vistazo-, no se ha dado cita en esta sala. ¿De qué tendríamos que hablar para que esto fuera La Multitud? Tendríamos que ocupar un tema que identificara a La Multitud como tal. No sé. La Guerra de Irak. Entonces, descubro que estamos hablando de la guerra de Irak. Es decir, hablamos de una cultura estatal en un Estado, es decir, del Estado, es decir, del nuevo Estado, es decir, de esa cosa que puede ir a Irak bajo la forma de no-Estado, para practicar la guerra contra un malo, que tampoco es Estado. Hablamos, en fin, de la forma inconcreta del Estado, esa cosa que, cuanto más inconcreta, se está volviendo más incuestionable y arrolladora. Pero sea como sea, carecemos del estatuto de chicos concretos, capaces de llamar la atención ante La Multitud. Humm. Los criterios de formación de La Multitud igual se parecen mucho a los del marketing.

Finaliza la cosa. Me voy de copones –en Madrid, incompresiblemente, les llaman cañas- con unos amigotes que acabo de conocer y con los que siento el viento fresco de la amistad en el rostro. Cuando llego al hotel, me conecto. Un lector ha escrito un comentario recomendándome un libro. Eso e ir de copones con desconocidos a los que te apetece conocer, es lo mismo. De hecho, tal vez, uno escribe este blog para eso. Para sentir La Minitud. Algo que tiene que ver con la individualidad y con todo lo contrario. Es decir, la fraternidad, esa cosa que se parece a tararear a varias voces una canción divertida. Igual, todo ello es lo contrario a La Multitud. O no. Yo qué sé.

martes, diciembre 11, 2007

EL HILTISMO

Conversación con un chico listo. Definición de chico-listo: cuando abre la boca sale nuestra época. Eso, también, es una región de la inteligencia. Además, por otra parte, los chicos listos me caen bien. No engañan a nadie y, además, resultan simpáticos. Bueno. Sinopsis. Acaba de fundar una, como su nombre indica, fundación. Objetivo: la soberanía de Catalunya. En un tris han conseguido 2 millones –ha leído bien; si bien yo he escrito tembloroso-, de euros. El objetivo, en la línea de lo que les he ido comentando esta semana, es la creación de palabras, que sitúen la discusión de la realidad, esa cosa que no hacen o no puede hacer las izquierdas. De manera que, tras un breve interín, las izquierdas, para hablar de la realidad, deben utilizar esas palabras. Hablando de los futuros proyectos de la Fundación, me explica como ha funcionado la cosa en los primeros meses. La cosa nació en Junio. Tuvo tanto éxito y tanta repercusión mediática que mi interlocutor quedó sorprendido. “Hasta cierto punto, teníamos una marca, pero la marca no tenía contenido. Si te fijas” –me dice- “le pasa lo mismo a Paris Hilton. Por lo que, en estos meses, hemos hecho lo mismo que la prestigiosa marca Paris Hilton, una mujer cuyo éxito radica en que cae mal”.

En ese momento me estaba pimplando un chardonee y unas vieiras atómicas con aceite de trufa blanca. Pero mi disco duro dejó de procesar todo eso para procesar ese otro pack de conceptos que, de pronto se me había manifestado. El Hiltismo.

Una cultura que ha sustituido la información y el análisis por la teatralización de la realidad, es posible que sólo vea las castañas informativas y analíticas a través de sus puntas dramáticas. Las puntas dramáticas de un melodrama recaen, en efecto, en el huerfanito. Pero, más comúnmente y estadísticamente, en el malo de la película. Sin malo de la peli mixed-emotions, una peli mala es insoportable.

Repaso, en este momento, los monstruos de la política y de la comunicación local. En efecto, me caen mal. Hiltonizan. A lo bestia. Prueben y ya verán. Por mi parte, llego incluso a encontrar productos informativos en los que todos, el conductor y el 100% de los tertulianos, caen mal. Lo que explica, seguramente, su éxito.

Tal y como ha quedado el patio, en fin, ninguna idea o producto tiene opciones de comerse un kiki si no es absolutamente repelente, si no tiene una punta Hilton que tire de espaldas. Es más, la punta Hilton, como sucede con Hilton, exime de cualquier otro contenido. Salvo el éxito.
El radicalismo aparente de este blog, es posible, por tanto, que no exista. Y si existe, se debe únicamente a mi parecido con Hilton. Una mujer, concepto, con la que a priori no tengo muchos parecidos aparentes. Lo que es una mala noticia para mis contenidos. Aquí, el menda, en fin y snif, es poseedor de una biografía radicalmente alejada de la señorita Hilton. Trailer.

lunes, diciembre 10, 2007

EL BAJISTA

La prensa deportiva es un chollo. Cada semana hay un partido. O dos. O la tira. Lo que ya es una forma de marcar ritmo. Además, cada partido viene precedido y seguido de un día en el que, respectivamente, se analiza el partido que viene y el que ya ha sucedido. Quedan 4 días libres. En esos días, se analiza lo que han dicho por la boca de la cara los protagonistas del siguiente o anterior partido. Generalmente, no dicen nada. Pero esta dinámica posibilita que aquí abajo haya más diarios deportivos –en Holanda, potencia futbolística, no los hay; los lunes, en los diarios, aparece una paginita con los resultados del domingo-, y más horas de radio deportiva que en toda Europa. Que se dice rápido.

Podría ser escandaloso. Pero a mí no me lo parece. El fútbol es así, etc. Es una pasión, un estado de ánimo –o, si se es culé, snif, de desánimo-. Quizás adquiere el tratamiento que se merece. Humm. Lo curioso es, tal vez, la exportación de género.

Diversas secciones de la información se han futbolizado. Es decir, han optado por el instante como medida del tiempo, y la lectura de la realidad como sucesión de ritmos del instante. El resultado es una realidad descrita con chumba-chumba y estribillo. Bailable, apasionada, brillante, futbolística. Pero absolutamente inconexa. Salvo por la dirección de su pasión. Se ignora así cual es el ritmo que subyace bajo esa melodía.

Humm. No sé. Repaso la prensa del día. Leo músicas instantáneas, atractivas, organizadas en una música crispada. Supongo que ese es su atractivo. La grandeza del boogaloo, un ritmo atractivo y crispado es, de hecho, esa. Pero, snif, esa sea tal vez también la pobreza del periodismo nativo, cada día más incapaz de explicar lo que pasa. Hasta el punto que lo que pasa, posiblemente, sólo sean los medios, la futbolización de los medios, la conversión de los medios en melodía, en la música ambiental de todo.

Entre tanta melodía se escapa el ritmo subyacente. En ocasiones, el ritmo ni siquiera está ni se le espera. No sé. El ritmo, el compás, el bajo de estos días, es el anuncio de prohibición de dos partidos. Algo serio. Muy serio. Una base rítmica contundente. Que en los estribillos del día, ni siquiera he visto aparecer. Posiblemente, la base rítmica de los días es absolutamente diferente a la melodía cumba-chumba de todos días, incluso.

Sería divertido un periodismo sustentado en el ritmo. En el bajo. Cuando manda el bajista, si se fijan, la juerga está asegurada. Lo que produce el bajista, además, es de verdad.

viernes, diciembre 07, 2007

TRABAJOS MANUALES SENCILLOS Y CLAROS

Día de la Consti. Meditaciones. Se parece un tanto al día de la madre en que nadie se caga en su madre, como su nombre indica. Es más, se le entrega solemnemente un trabajo manual, manufacturado en la escuela con elementos sencillos y básicos –verbigracia: macarrones-, pero que cumplen sobriamente sus expectativas. En este día de la Consti / mamma, nuestros niños más aplicados han hecho lo propio con sus manitas y sus macarrones. Veamos sus productos.

COLLAR DE MACARRONES A). Marín va y ha dicho, a forma de reprimenda ante los dos grupos parlamentarios mayoritarios, una serie de frases de señor que se va. Las frases de señores que se van son importantes. Tanto que, últimamente, cuando me voy definitivamente de la vida de alguien, no le digo nada, snif. Bueno. Marín va y dibuja, tal vez, el ideal de la izquierda dentro de la CT. Hasta hace 4 días compartido con la derecha. A saber: la Consti, más que una ley, es un corpus no escrito de “consenso y sentido del límite”.

COLLAR DE MACARRONES B). Zapatero hace uso de un concepto de consenso y sentido del límite ecuménico. Eso que reivindicaba Marín. Y anuncia la ilegalización de dos partidos. Ya llevamos tres. Y dos diarios. Una dinámica que no se sabe si es constitucional, pero sí consensual y dentro del sentido del límite ese. Se trata de un acceso extraño a la lucha antiterrorista, que ha suscitado enormes dudas democráticas en Europa –la Ley de Partidos está a punto de ser sometida a carcajada en Bruselas; será divertido cuando salga la sentencia-, pero certezas king-size por aquí abajo. Es una certeza tan grande, en fin, que es una baza electoral para un partido de izquierdas.

MEDITACIONES MACARRÓNICAS. El ideal a) es lo que lleva a políticas b). El otro día les hablaba de que la derecha USA es la que marca el discurso en los USA. Y que aquí abajo pasaba otro tanto. En todo caso, la génesis de todo ello por aquí abajo es la CT. Una idea de consenso y del límite en la que las izquierdas no juegan en casa.

La CT es un discurso común, en el que las voces originales desaparecen, en beneficio de una interpretación de grupo. En la que sólo salen perjudicadas las voces originales.

Hasta el lunes, amiguitos.

lunes, diciembre 03, 2007

AUTOS DE FE

El día de autos me pilló por allá arriba. Allá arriba, lo del día de autos fue un breve. Que, se ponga uno como se ponga, es, posiblemente, lo que es. ¿Cómo ha ido por aquí abajo? ¿Se interrumpió la programación y la información para no informar nada, como todos los días de autos en la anterior legislatura? ¿O ha habido algún cambio escenográfico en los días de autos?

Por lo que he visto, había mucha hambre atrasada de día de autos. Es más, incluso en mi ciudad los chicos del Foro de Érmua han practicado el día-de-auting. Lo nunca visto. Algo me dice que, en un plis-plas, los días de autos igual son también un acto frecuente en mi ciudad, una ciudad, guau, sin mucho apego a la extroversión de sentimientos.

Los días de autos, en fin, se han convertido en 10 años en una necesidad absoluta para la ideologización de la derecha local. A través de los días de autos se comunican materiales sensibles y programáticos, que serían difíciles de emitir tan alegremente en un día sin autos. Quizás los días de autos son el mayor triunfo ideológico de la derecha local. De hecho, en los días de autos todo el mundo dice y gasta el mismo careto que se registró en la anterior legislatura. Los días de autos son una trade-mark de la anterior legislatura.

Los días de autos son, como el palabro auto-de-fé indica, un día en el que todo adquiere forma aparente de posicionamiento. Un día en el que es imposible gastar otro posicionamiento. U otra bandera. Esa cosa que se ha colado en los días de autos. Y que, tal vez, sea la razón de ser de los días de autos. Los días de autos son como una llamada de teléfono. Cuesta saber con quién hablas en realidad cuando te llaman por teléfono.