lunes, abril 23, 2007

SARKOZYISMO VS. ZAPATERISMO

Eso de que no doy un palo al agua lo dirán ustedes. He estado –estoy- cazando bisontes à gogó. De hecho, en este preciso instante, siente el aliento de un bisonte en mi nuca. Estoy tan agotado que no podré esquivarle. Espero que venga de buenas. Si bien me han dicho que cuando sientes el aliento den la nuca de alguien que viene de buenas, también acaba doliendo mucho. Bueno, al tajo.

Mientras machacaba bisontes he perdido cintura con la actualidad. En ese sentido, he dejado en el cyber-tintero una entrada muy chula para el 14-A, en el que hablaba de la República en tanto que belleza, y en que les iba a explicar la bella historia de cuando, en 1931, el concurso de Miss España, pasó a denominarse Miss República y estuvo a punto de irse al garete –lo organizaba el ABC-. También les iba a hablar del ¿documental? de TeleMadrid sobre la persecución del castellano en Catalunya, y de cómo ese ¿documental? era CT desde cinco segundos antes de que comenzara. En otro orden de cosas, también les iba a hablar del debate de los 100 ciudadanos afásicos con Rajoy, de la Ley de la Memoria histórica. Y de lo las francesas… Humm, quemando etapas, hoy les voy a hablar un poco de todo eso, a través de una bella entrada que lleva como título Sarkozyismo vs Zapaterismo, y que empieza en el próximo párrafo, que se llama Manolo.

-HOLA. SOY MANOLO. Le estoy dando vueltas a la cabeza a que la derecha que hay en España no es ultraderecha y no es un fenómeno español. Es algo absolutamente nuevo. Quizás lo más asombroso / novedoso de este nuevo producto es que a) es una derecha democrática, pero que b) deja sin suelo bajo sus pies a la extrema-derecha clásica. A saber: la extrema-etc, tradicionalmente aboga por un cambio de sistema. La nueva derecha no. Reivindica la democracia liberal. Es más, se presenta como la única opción democrática liberal. ¿Cómo puede satisfacer a la extrema-etc y a la democracia clásica? A través del lenguaje.

-EL LENGUAJE DE LA NUEVA DERECHA. Sobre el funcionamiento de ese lenguaje, hummm, observen el a) documental facha de TeleMadrid. Consiste en captar elementos de la realidad no problemáticos, abordarlos como problema terrible y acotar su denuncia y su solución mediante un lenguaje nuevo, democrático. Lo anticatalán –sello hispano de la extrema-derecha- se conserva en la nueva derecha, pero como resultado, ahora, de una lectura liberal, democrática, igualitaria, bla-bla-bla, etc. Observen b) el programa televisivo de Rajoy. El pollo tuvo respuesta democrática para todo. Todo lo que ha hecho su partido en los 30 años no sólo es democrático. Es la única opción democrática. Rajoy –humano al fin-, sólo hizo aguas cuando trató temas estrictamente humanos, como su sueldo. La máquina lingüística creada sólo falla, pues, cuando intenta hablar de uno mismo. No cuando habla de Irak, la política antiterrorista, el nuevo Estatut de Catalunya, el trasbase del Ebro, las políticas de inmigración o la corrupción político-urbanística, temas que reciben tratamiento y respuesta democrática a lo bestia.

-EL SILOGISMO. El recurso a la lógica –en este caso, al silogismo-, en vez de al mito, es decir, optar por explicar que el Tripartit es una construcción democrática enclenque, que atenta contra la igualdad y la solidaridad, en vez de optar por decir que España es una, grande y libre, es la gran novedad de la nueva derecha. Funciona a toda leche en Polonia. Es la gran novedad del Republican Party, que coge temas del ultra-cristianismo y los traduce en clave de patrimonio democrático USA. Y es la gran aportación de Sarkozy, una derecha muy original en Francia. “Zarkozy me ha robado el programa”, dice con razón Le Pen. Pero también lo dice contra razón: Sarkozy, en las líneas más lepenistas de su programa no practica la ultra-derecha. Practica el silogismo. Es decir, la mentira. Miente a un electorado que entiende esa mentira y le vota con la tranquilidad con la que jamás votaría a Le Pen.

-EL ZAPATERISMO / ROYALISMO. El resultado es una derecha con proyecto, combativa, capaz de modular la faz de la realidad sin cambiar el sistema. Cuyo límite hacia la derecha es infinito. Y cuyo límite con la izquierda es muy poco violento. Así lo ha decidido la izquierda, que parece optar, entre todas las posibilidades posibles, por plantearse como fuerza no conflictiva. El electorado, parece ser la lógica, ya elegirá entre buscar conflictos con la realidad –la derecha-, o aplazarlos –la izquierda-. De hecho, la izquierda, parece especializarse en cultivar un lenguaje, a su vez, del no conflicto. La metáfora de ese lenguaje puede ser los matrimonios gays –una ley sustentada en el lenguaje: coge el palabro matrimonio y amplia su campo léxico a todos los sexos-, o la Ley de la Memoria Histórica –no ofrece condenas, sólo lenguaje; lenguaje, además, no conflictivo, de integración-. Por primera vez en la historia, la izquierda no es conflictiva. Lo es la derecha. La izquierda además, para ser izquierda, para no ser conflictiva como la derecha, necesita una derecha conflictiva para compararse. La izquierda, snif, no depende de sí misma. Como el Barça de cuando era peque.

-Hummmm. La nueva derecha es un buen producto. Uno, con el tiempo, reconoce los buenos productos con futuro, incluso cuando no le gustan. QUe, por cierto, no es el caso del vídeo que les he colado. Una escuela que me vuelve majara.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué pop nos viene