sábado, marzo 03, 2007

MANIFESTACIONES

Hola. Es fin-de. Y estoy cazando bisontes. No obstante, si se concentran y se cogen de las manos, me manifestaré.


He estado repasando la prensa. Y, glups, lo de las manis de ayer por el pack Juana de Chaos. Entre otras cosas, estas manis respiran cierto platonismo, cierta meditación sobre una España ideal, cierta espiritualidad, cierto encuentro del individuo con una dimensión mayor, colectiva, que le supera y bla-bla-bla. Igual, en todo caso, la espiritualidad es la génesis de todas esas escenografías. Lo espiritual es algo que no te lo acabas -lo que indica, por otra parte, que esas manis son, sea como sea, un negocio con mucho futuro-. Un momento de epifanía espiritual es algo sencillo, si bien incomprensible. Un momento de espiritualidad sencilla es como contemplar a solas una hoguera. Puedes pasar horas y horas mirándola. No obstante, la banda sonora de lo espiritual, cuando deja de ser algo, lo dicho, sencillo, breve, individual, es algo sumamente inquietante. También, como una hoguera. Como otro tipo de hoguera.

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