lunes, noviembre 14, 2005

BERTOLING

Bértolo: Mis velicomes. Y mis puntualizaciones, que te chorreo a toda leche en beneficio de un hipotético lector. Antes, una meditación: ignoro qué genero es todo esto –esto=3 pollos dibujando un objeto, en este caso la CT-. Algo me dice que es una suerte de Diálogo de las Cosas Acaecidas en Roma. Pero sin autor/cierre centralizado. Te ruego que te/nos ayudes a crear la cosa. Ignacio, danos un tute estructural.Bueno. Al tajo.

a-En efecto, un Blog es un territorio inestable.

b-La cultura de la beligerancia es o puede ser una Cultura del Sentir antes que del Hacer, tal y como -guau- señalas. Ejemplos: a) los cantautores –es decir, los intelectuales CT de la izquierda, siempre dispuestos a hacernos sentir cosas bellas ante el chapapote o la guerra-, b) la Cultura Brunete. Que no es una intelectualización de la derecha. Es una sentimentalización de la derecha. De lo que se deduce que la CT puede asumir dos beligerancias –la a) y la b)-. La izquierda y la derecha CT, que se definen ante la agenda CT de lo cotidiano. Otras beligerancias –por ejemplo, la tuya en tu articulote-, no son entendidas como tales, al salirse de la CT y, como su nombre indica, no entenderse.

c-Difiero de tu diagnóstico de la cosa Communewealth euskocatalanogallega. Las armas no han creado cosa anti-CT en esos lares. Metáfora: en Euskadi no hay, entendámonos, una CUltura diferenciada. SI me fuerzas, es donde la CT, incluso, ha hecho las piruetas más arriesgada. La violencia no ha creado culturas. Como los GRAPO no crearon nada intelectualmente en España DF. Salvo Pío Moa / CT. Y EL tazón de hierro, una fantástica ¿novela? ¿biografía? nacida a modo de seta de la cabeza de todo lo contrario, formalmente, a un intelectual. Lo cual puede ilustrar lo que ha resbalado a los intelectuales ese tema/metáfora de lo anti-Transi. Por lo que veo y sé, los intelectuales nativos que en su día han participado de esos accesos locales al pim-pam-pum, en sus obras no se han alejado de lo CT en sus propuestas estéticas. Se han alejado los intelectuales más o menos madrileños que, hasta los 80’s, intelectualizaban a ETA. Pollos como Sastre, Forest. O Marisol. Con esas apuestas anti-Transi, desaparecieron de la CT. Y con ellos, todo debate posible sobre el tema. Lo que puede ilustrar el hecho de que la CT tiene un límite político. La CT es, posiblemente y básicamente, un límite político, como apuntas. La Transi. Lo anti-CT es, desde luego, anti-Transi.

d-Las ETAS varias no han participado nada en crear anti-CT. Es más, estoy por decirte que han desprestigiado, con su ausencia de pensamiento –formalmente, desde la desaparición de Pertur- el pensamiento radical. Un pensamiento anti-Transi que no cuaja. Salvo como Cultura del Sentir Beligerancia. ETA no es –no ha sido; ya no existe, contrariamente a lo que dice la CB- la Baader-Meinhof. Ni los Fassbinder locales –en el caso de que los haya habido-, han hecho nada interesante sobre ella. Es más, ETA, el gran fenómeno anti-Transi –lo que puede dibujar la escasa contestación ante la Transi-, carece de las obras que en su día suscitaron el IRA, el Ejército Rojo o las Brigate Rossi. Contrariamente a las dos últimas ONG citadas, ETA hace mil años que no ha ocasionado un debate en las izquierdas nativas. Ni ha servido desde hace mucho tiempo para crear un debate anti-Transi. Sólo sirve para crear adhesión o rechazo. Esas cosas tan CT.

e-Sobre tu análisis materialista: a) desconozco y me hago la picha un lío sobre cual es el sujeto histórico de la época que vivimos, lo que me hace ver los análisis marxistas desde dos pasos atrás. Y créeme que lo siento. Por mi. Y por el sujeto histórico, esté donde esté. Que igual era yo. Ni idea.B) De pequeño, en casa, me caí en la marmita del marxismo. Por lo que cuando escucho análisis marxistas, por lo general, siento lo que siente un exniño del ex-Opus cuando escucha hablar del Opus. Por otra parte, y es curioso, el marxismo se parece al catolicismo en que tampoco es un lenguaje universal. Como con el catolicismo, no hay dos marxistas iguales. Salvo en los países en los que es obligatorio. C) Sobre una cultura que socialice los vienes de producción, me arriesgo a comentarte que estamos muy cerca. El otro día, en la casa madre de tu editorial, lo vi. Era un libro digital. Cuesta un millón de pelas. Dentro de nada lo regalará ABC los domingos. Cuando exista, los chinos venderán a precio de regalo los chips de los libros CT –nadie querrá piratear otros-. Como ahora regalan las pelis o las rosas. La cultura sufrirá un cambio absoluto. Pero no su estructura. Snif. Que igual aumenta.

f-Ignoro –lo dicho-, cómo se hace una discusión a tres bandas. Propongo iniciarla en positivo y desde los llenapistas de tu articulete. Que supongo que son los siguientes: la CT es la cultura del entretenimiento. Y es una opción ideológica. Y, aquí, me lanzo. Lo anti-CT, por tanto e independientemente de que sea o no entretenimiento, es lo contrario a esa opción ideológica. Condenar una cultura a ser sólo una cosa requiere una violencia extrema. Lo que puede orientar a que la CT no sólo es entretenimiento. Es una violencia extrema y diaria para que sólo sea eso. ¿Percibes esa violencia diariamente? ¿En qué consiste? ¿En tu trabajo puedes emitir anti-CT? ¿Cómo se hace?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si la disyuntiva es entre revolución o nada, tenemos CT para rato. Yo les agradecería una discusión en términos más abiertos. Y, si me fuerzan, realistas.

Carlos