viernes, octubre 07, 2005

COLLEJAS Y TAPÓN

Aquí Echevarría en la tesitura de impartirse él mismo dos sonadas collejas:

Primera colleja (¡ay!): tiene razón Pep cuando puntualiza que la palabra España aparece nada menos que tres veces en el Preámbulo del proyecto de nuevo Estatut. Juro que lo inspeccioné con atención antes de asegurar otra cosa, pero está claro que los prejuicios pasan por encima de las evidencias, no sólo en mi caso. Será que, en lugar de la palabra España andaba yo buscando ¡España!, con reminiscencias de viejos ritos educativos. También convengo con Pep en que, así a lo tonto, ZP ha conseguido cosas. Pero es que a mí ese estilo “a lo tonto” me rompe los nervios, qué puedo hacerle. Y además: cultivo hacia ZP el resentimiento y la suspicacia invencibles que me suscita su partido, al que responsabilizo de casi todo, empezando por la mancha que descubro en la camisa que acabo de ponerme, recién planchada. Como sea, Pep se merece, eso sí, ser invitado a la cena del Boter. Pero conste que paga Martínez, que fue quien incumplió el plazo, aquí no valen bromas.

Segunda colleja (¡joder!): de acuerdo con Martínez en esto: no hayq ue mear fuera de tiesto, y yo no he sido traído aquí para hablar del Estatut (tanto menos si lo leo como lo leo), sino a buscarle las cosquillas al asunto este de la CT en su vertiente más netamente cultural. Ya saben: canon, Gironella, la industria del libro, la bodeguita de la Moncloa y cosas de esas. Un aburrimiento, pero se supone que es lo mío. Así que al tajo. Y con la nuca colorada, para más inri.

Querido Martínez: hoy no voy a responder a tu pregunta (“¿La CT es una CCNN?”). No la entiendo, y cuanto pueda decir al respecto lo dije ya el martes, citándote a ti. Prefiero así recoger tu concepto de staff, al que aún podemos sacarle más miga, y dar al lector despistado un ejemplo vivo del mismo. Lo encuentro en El País de ayer, en una banda publicitaria que anuncia un concierto en homenaje a Lázaro Cárdenas, bajo la rúbrica: “Exilio español” (y aquí me muerdo los dedos para no traer a colación lo que el amigo Pep decía acerca de lo que a su parecer constituía el gran hito del Estatut: la aparición, dentro del mismo, de la palabra exilio). Enumero la lista de participantes en el concierto por la parte española: Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos, Eduardo Haro Tecglen, Iñaki Gabilondo, Charo López, José Luis Gómez, José Sacristán y Nuria Espert. Ni dedicándole una tarde al asunto habría conseguido yo ofrecer una representación más plausible y caricaturesca de quienes configuran en la actualidad el satff cultural español, facción multimedia. Acabo de escribir “en la actualidad” pero esta lista podría haber sido confeccionada hace diez años. O veinte. Lo cual apunta a una peculiar característica del staff español: su inamovibilidad. Vale la pena darle vueltas a esta idea, jovenzuelos: el staff de la cultura española viene siendo prácticamente el mismo desde los años heroicos de la Transición, allá por los ochenta. Lo que me trae al recuerdo una vieja idea de Martínez, sobre la que los dos hemos discutido a menudo: la de que hay toda una generación, la que gestionó la Transición, que desde entonces no ha levantado el culo del asiento y que ha ejercido un efecto tapón sobre las sucesivas promociones de aspirantes a gestores CT y no-CT. Martínez y yo discutíamos sobre esto hace ya seis o siete años. Entonces le decía yo que si el tapón no sale disparado es porque la botella no tiene gas. Me pregunto ahora, y se lo pregunto a él, a ti, Martínez, ¿qué piensas al respecto?

En el mismo número de El País de ayer (jueves 6 de octubre) leo la noticia de que “Los Príncipes de Asturias entregan el Premio Cerecedo de Periodismo a Juan José Millás”. La noticia no recoge el importe del Premio, que presumo cuantioso. En la foto, aparece Millás, disfrazado del padre de Millás, al lado de Let y Cía. Millás es el modelo perfecto de escritor CT, de periodista CT, de intelectual CT. Volveré sobre el tema. Por ahora sólo quiero citar, al hilo de mi pregunta, algunas de las palabras pronunciadas durante el acto. Suso de Toro (presidente del jurado que ha concedido el premio): “Millás transforma la vida en palabras. Es sólo periodismo, pero nos gusta”. El Principote: “Estamos ante un escritor consagrado que atiende, sin sentirse de menos, a los asuntos imperativos de la actualidad, pero sin dejarse aturdir por el ruido ambiental”. Millás: “Toda conquista trascendental procede de la unión de contrarios” (esta es buena). Millás de nuevo: “No se me ocurre otra forma de agradecer este premio que comprometerme a continuar escribiendo”.

Horreur.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿"Horreur"? ¿Un escritor debe ser anti-sistema para ser considerado bueno por parte de ustedes?

Ser un tótem de la CT, con los peloteos, hipocresías y falta de compromiso que ello conlleva, no tiene por qué implicar pobreza literaria. En el caso de Millás, es evidente que no.