sábado, julio 02, 2005

LA CONFUSIÓN

Carlos, ahí va lo mío, escrito a toda leche y sin haber dormido mucho. Nunca, snif, tengas una novia miss venzolana. Bueno. Voy arreando, que no me cunde el trabajo:

Tu discurso, tu manifiesto y los palabros de tus compañeros que lo han adornado comparten una misma lógica. Es la lógica de la confusión. Se establece la confusión y, sobre ella, el emisor de la confusión se presenta como único orden y solución posible. En otras regiones de este blog he analizado esta estilística. Y la he relacionado con una tendencia ideológica de la que, me consta, no eres usuario si no cachondeario. Los estilos existen y son detgerminantes. Hay cadenas lógicas que hipotecan los discursos. Y encuentro que eso -por lo que sea- es vuestro caso. Vuestro discurso, y el tuyo de ayer, se relaciona con un discurso y una estilística precedente. Que, al menos a mi, me da cierto miedo. Bueno la confusión. Ejemplos de confusión:

a-Calificas al nacionalismo como negativo en todos sus casos y aspectos. Algo difícil de demostrar. Los nacionalismos, las religiones, las ideologías, las opciones colectivas –en Brasil, el tanga es una opción colectiva-, no son en principio ni buenas ni malas.

b-Equiparas los nacionalismos. Algo difícil de defender. Ni los nacionalismos, ni las señoritas ni los peritos agrónomos son todos iguales. El nacionalismo alemán de los 30’s y 40’s no es como el nacionalismo español vertebrado en la zona republicana. El nacionalismo español de la zona republicana no es lo mismo que el nacionalismo español de la zona nacional. El nacionalismo nicaraguense de los 80’s no es el mismo que el nacionalismo serbio de los 90’s. El PNV, por ejemplo, no es el mismo nacionalismo que el de HB –o como se llame esta mañana-. El catalanismo, así a lo bruto, no es lo mismo ni ofrece el mismo rol que el nacionalismo español tal y como ha quedado desde 1939. ERC, en fin y contra lo que algunos de vosotros habéis señalado, no es la extrema derecha. El PP, otro partido nacionalista, sí que tiene, por cierto, importantes componentes de la extrema derecha. Ponderar los nacionalismos es, en fin, un deber del no-nacionalismo. El no-nacionalismo puede, y debe, defender opciones nacionalistas. En tanto las argumente. Vosotros defendeis una opción nacionalista sin argumentarla. Colgándole el palabro no-nacionalista.

c-Vasquizas los nacionalismos. Cualquier descripción nacionalista la pasas por Euskadi. Utilizas Euskadi como único y dramático horizonte. Utilizas las fórmulas con las que el nacionalismo español dibuja el nacionalismo vasco para describir lo que está pasando en Catalunya, que no es Euskadi, como su nombre indica. Y utilizas, en fin, el vocabulario creado en Euskadi para atacar unos nacionalismos pero no otros. Sé muy poco de Euskadi -y, creeme, quiero saber menos- pero en todo caso me atrevo a afirmar que el concepto no-nacionalista nacido allí y utilizado por Savater, Juaristi y toda la pesca, utilizado por el Foro de Ermua y por los chicos de ¡Basta Ya!, es una broma nacionalista. SI se opta por aplicar cualquier cacharro, análisis y palabro extraído de esa DOC, se debe matizar muy mucho. Y se debe reexplicar el concepto de no-nacionalismo del que se parte. Recordemos, en es sentido, que Aznar es el mayor no-nacionalista conocido por aquí abajo. Según por cualno-nacionalismo optes.

d-El nacionalismo -tal y como ha quedado reducida la cosa desde 1978- es el único debate posible tras el proceso de la Transi, que tanto y tan bien reivindicáis en vuestro manifiesto. El debate nacionalista ha sido tan intenso -en tanto que único posible- en los últimos veintipico años que, cuando era pipiolo y un mayor aludía a la forma del Estado, todo el mundo entendía que hablaba de República, mientras hoy todo el mundo entiende que habla de federalismo. Es decir, que el nacionalismo se ha comido vocablos. Y, posiblemente, temas. Apostar por la Transi como modelo es apostar por diluir y reducir todos los debates en el nacionalismo, esa cosa tan a) rentable y que b) me parece que es lo que estáis haciendo. De hecho, proponeís crear un partido Transi-non-stop, consagrado al debate nacionalista. Es más, consagrado en contra de UN nacionalismo que, como no-nacionalista, considero y pondero alejado de LA BESTIA más que otros nacionalismo peninsulares.

e-No nacionalismo –te / me lo vuelvo a formular-, no consiste en estar en pie de guerra contra los nacionalismos. Como el laicismo no consiste en estar en pie de guerra contra las religiones. Consiste en dialogar con los nacionalismos con los que sea posible el diálogo –y me retrotraigo al punto anterior: en una cultura, la CT, en la que los nacionalismos se han comido muchos temas, es necesario dialogar con los nacionalismos para tratar según que temas no-CT; el Tripartit es, básicamente, esa dinámica; el Estatut, que en vuestro manifiesto tratáis como símbolo esencialista, es un ejercicio de cultura republicana, en el que participan, claro, partidos nacionalistas democráticos, receptores también de esa cultura; no entiendo por qué no hablar o fabricar política con ellos-. Consiste en primar otros valores políticos como el civismo y la democracia –valores, empero, en ocasiones tan gaseosos y míticos como el nacionalismo-. Y en defender esos valores cuando son atacados por el nacionalismo. O por Perico el de los Palotes. Por ejemplo, cuando un partido ultra-nacionalista clausura un diario o ilegaliza un partido, el no-nacionalismo debe de intervenir. Eliminar un partido es algo serio y, en principio, denunciable, incluso cuando el partido ilegalizado no te mola.

f-Me aludes como usuario del nacionanlismo catalán. Lo niego. Carezco de esa arruga en el cerebro -arruga, por otra parte, no necesariamente patológica, como te he señalado-, si bien, como ciudadano no-nacionalista no tengo ningún gran problema -o, hasta ahora, no lo he tenido- con lo que tu denominas nacionalismo catalán -y que yo, según he argumentado en el blog, denomino catalanismo-. Históricamente, cuando el catalanismo ha sido agredido, han sido agredidos otros valores, en absoluto nacionalistas y de los que soy usuario. Además, considero al catalanismo barómetro del nacionalismo español. Los catalanismos sólo suben electoralmente cuando hay un nacionalismo agresivo español en el poder. Hay ciertas originales que confieren al nacionalismo catalán y al portugués el estatus de nacionalismos raros de la Península. Como no nacionalista, en todo caso, puedo dialogar con ciertos valores del nacionalismo catalán -el carácter cívico, no étnido y, aunque te lo tenga que defender en otra intervención, el carácter no lingüístico-. Puedo dialogar con muy pocos valores del nacionalismo español.

g-La gran labor del no-nacionalismo en Catalunya ha consistido en abortar la existencia de comunidades político-lingüísticas. Para ello, se le ha quitado -desde los años 60's- cualquier beligerancia nacionalista al uso del castellano o catálán en Catalunya. El nacionalismo catalán de izquierdas y progresista ha colaborado en ello. Lo cual es un chollo. EL españolismo -que en Catalñunya, desde que tras lo de 1868 desaparece como opción progresista a gogó, no tiene, en efecto, valor positivo-, pues no. Defender -¿lo defendeís?- una reinvindicación lingüistica contradice el pacto que la izquierda, desde los 60's, ha mantenido, primero tácitamente y, cuando fue posible, mediante leyes. Ese pacto es, por cierto, el único triunfo de la izquierda en la Transi. El catalanismo de derechas y el españolismo no estaban, recuerda, por esa copla. El no-nacionalismo en Catlaunya -la única sociedad bilingüe europea, corrígeme, en la que no se han quemado autobuses por una lengua-, pasa por negar ideología a las lenguas. No creo que defendáis eso. ¿O sí?

f-La labor de un no nacionalista, en el caso de tenerla, consiste en identificar y denunciar el bestialismo de los nacionalismos cuando se produce. No siempre se produce. Ni todo el rato. Ni en todos por igual. El nacionalismo sueco, por ejemplo, no ha producido muchos. El español, sí. Cuando el no-nacionalismo denuncia el bestialismo, denuncia un abuso de poder sobre una minoría, una política nacionalista antidemocrática, la supresión de la política por la mitología. Cuando, en fin, el no-nacionalismo denuncia el ataque de un nacionalismo a derechos fundamentales, debe de tener razón o/y honestidad. De lo contrario el no-nacionalista denunciador es a) un irresponsable -a veces pasa-, o b) algo oscuro al servicio de algo oscuro. En ese sentido, no creo que tengáis razón en vuestros análisis y en vuestras denuncias. De hecho, ignoro los casos concretos -la vida, las novias, son casos concretos-, en los que se sustentan.

De hecho, ahí va mi pregunta de hoy, que es la misma de ayer: “explícame tu percepción, traducida a hechos empíricos, de ese nacionalismo catalán agresivo e incívico, que yo no veo por ninguna parte a esa escala escandalosa”.

Me voy a cenar gambas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy brevemente, dos cosas me han dado miedo de su texto.

1.- No es que Batasuna no me mole. Es que da dinero a una organización para que compre armas. Y las utilice.

No sé cómo no es usted capaz de comprender esto, señor Martínez.

2.- Que usted no haya tenido ningún problema con el nacionalismo catalán no étnico y en cambio muchos con el español (no étnico, se entiende) le debería hacer recapacitar desde dónde observa usted la realidad socio-política. Na, mero consejillo.

Anónimo dijo...

Si esto es una estrategia para iros cada noche a cenar, avisadlo. Porque os informo de que os debéis una cena cada uno, con novias, hermanas clónicas disfrazadas de enfermeras y, ya puestos, conmigo. En los dos primeros descartes ambos habéis incumplido las normas del juego: intervenciones de más de dos folios, e intervenciones escoradas hacia lo tocho. El nivel es bueno y el debate interesante, pero si la cosa se ha de prolongar conviene ser más estrictos en el juego. Que no tenemos todo el tiempo del mundo para colgarnos de internet, leñe. Es un consejo del Padrino, que más adelante os dirá quién tiene razón. Besos

Anónimo dijo...

Buenas:

1) Como estoy en Barcelona, escribo desde un ciber. Esto puede tener poco que ver con debates sobre esencias patrias alejadas de la "Catalunya real". El malvado y ultra-identitario gobierno vasco, que cuadruplica al catalán en gasto para promocionar el euskera por habitante, me permitía acceder a Internet -las TIC, las células madre, etc- desde locales públicos y gratuitos. Eso sucedía porque las instituciones vascas y navarras -las gobernadas por nacionalistas vascos y las gobernadas por nacionalistas españoles, las gobernadas por euskaldunes y las gobernadas por castellano-hablantes- tienen un 87% de autonomía financiera, esto es, un 37% más que la propuesta de Maragall que tan cívicas reacciones despertó en los sectores no-nacionalistas -no únicamente en EM o en ABC, sino también en El País o en la SER-.

2) No ha mucho leí a un nacionalista vasco del sector gore reflexionar sobre lo que es el nacionalismo vasco. A su juicio, se trataba fundamentalmente de dos cosas, una persona -Sabino-, y un momento -el 36, en el cual textualmente "dieron su sangre por Euskadi más vascos que en ningún otro momento"-. Esta relación de la sangre como cemento de la patria no es otra cosa que la televisión que hemos tenido en los últimos ocho años, hasta el momento en que la extrema derecha, emborrachada de ese nada original fenómeno hemo-patriótico que magníficamente ha caracterizado Sánchez Ferlosio, llegó un 11-M a decir que los doscientos muertos habían sido asesinados "por ser españoles". Sin ninguna vergüenza ni ocultación, por cierto, y sin que ningún medio de comunicación opusiera durante días de apagón resistencia alguna.

3) En "El Escudo..." Aranzadi no postula la deserción ante la amenaza en genérico: postula su muy civilizada y muy no-nacionalista negativa a asesinar o dejarse asesinar por una patria, cualquiera que sea esta.

"la consideración de los asuntos identitarios como propios de la política es lo que define el nacionalismo"

4) Dicha consideración ocurre únicamente con un tipo de nacionalismo, que no es otro que el nacionalismo democrático y civilizado. Lo contrario, esa patria encarnada en estado -que alternativamente se oculta o que se reivindica como lo único tangible- que está por encima de la política, es la máxima encarnación de todos y cada uno de los nacionalismos fundamentalistas que han existido en todas las partes del mundo.

Un cordial saludo, y muchas gracias a los dos,

Popota.

(ps: El republicanismo, más allá de las pre-constitucionales -esto es, contrarias a los "tangibles" y "reales", amén de reconocidos en la constitución y en el Estatuto de Gernika, derechos históricos vascos- posturas de Aurelio Arteta, explica a la perfección por qué es poco realista mirar con los mismos ojos al nacionalismo español y al resto de nacionalismos de la península sur-occidental del continente euro-asiático.

Anónimo dijo...

Se me olvidaba comentar que yo sí he leído a Guillem más de un "glups" y más de dos a costa del nacionalismo catalán.

Por otro lado, cuelgo un pequeño fragmento de la CE, concretamente el que habla del tangible Jefe de Estado tangiblemente designado por Su Excelencia el anterior Jefe de Estado, a cuenta de los intolerables excesos de Maragall y su España en red en comparación con la inexistencia de los "Países Hispánicos"(*)

Artículo 56

1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.

2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.

3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65,2.

(*) Bueno sería recuperar los editoriales de la prensa económica española de la época en la que los estadounidenses pusieron pies en polvorosa del cono sur para dejar pista a Botín y compañía.

Anónimo dijo...

A mi el manifiesto me suena sobre todo a una llamada al alma españolista del PSOE, la misma que asomó la napia antes del 14-M (y del 11, entre el 11 y el 14 no corría ni el aire) pensando en presentar una candidatura diferenciada del PSC. Sirve de recordatorio a que la clase política catalana es menos catalana que la sociedad en que se sustenta, que nos guste o no -y a mi no creo que me guste- se preocupa mucho más de los temas que afectan a la totalidad del estado que a los de "casa nostra". Tres ejemplos curiosos:La participación electoral en las generales es siempre muy superior a las autonómicas, en todo tipo de elecciones el PSC acaba tirando de los popes del PSOE para atrear el voto del extraradio (al que el PSC se la trae al pairo)y en la última encuesta de popularidad de los políticos catalanes los mejor clasificados eran los representantes en el parlamente de Madrid: Montilla, Durán i Lleida, Joan Herrera i Puigcercós (curiosamente el primero).

y Martinez, menos gamba i mais trabaillar!