lunes, febrero 21, 2005

MEDITACIONES AL TRIUNFO DEL SÍ

En España siempre gana el sí a lo que sea. De lo que se desprende que el no a lo que sea es como de mala educación. En nuestra cultura hay pocos objetos consagrados a la palabra no. Por la misma razón que el no no se come un kiki en ningún referéndum hispano, debemos suponer que cualquier producto que quiera comerse un kiki –una novela, verbigracia-, debe de ser un producto que ofrezca a sus usuarios más síes que noes. Es decir, debe de ser simpático.

Una particularidad de los referéndums hispanos desde Franky Franco, aquel gran innovador de la disciplina, es que si en alguno de ellos hubiera ganado el no, no hubiera habido nadie capaz de gestionar ese resultado. Los referéndums españoles sólo cumplen su periplo democrático de consulta directa al pueblo soberano cuando, snif, gana el sí.

En el referéndum ha ganado un texto que, según los diarios que leo, era desconocido para cerca de un 90% de sus electores. La Constitución Europea es, así, como un premio Planeta. Un texto no leído por su jurado.

Ha ganado un texto al que nadie le ha echado un vistazo. Es como si la Duquesa de Alba se presentara a Miss Venezuela, nadie le echara un vistazo y, ñaca, ganara.

La paradoja de la UE es que es una asociación de Estados democráticos que, toma moreno, no es democrática. Quizás, ese es el único paralelismo entre la UE y Europa: es paradójica.

Lo que ha pasado en España pasará, al parecer, en toda la UE, con las dudas de Polonia, República Checa, Malta, Polonia y UK, que igual votan que no. España, pues, no ha sido especialmente original y ha mostrado lo que quizás es una tendencia europea, consistente en una mezcla de optar por el sí y de pasar de todo. Quizás el españolismo de todo esta dinámica ha consistido en los argumentos del sí. Muy hispanos. El último día de campaña escuché a ZP, por ejemplo, haciendo un discurso tan español que olía a lentejas: “la Constitución Europea nos servirá para luchar contra el terrorismo”. En España, todo lo que no se sabe para qué sirve –verbigracia: invadir Irak-, sirve para luchar contra el terrorismo. El terrorismo es el España como el arroz en los discursos de apertura de los congresos del PC chino. Un llenapistas. Y, por lo visto, nuestro pan.

Otro españolismo: la esquizofrenia. El PSOE ha optado por el sí, si bien en petit comité ningún all-star del PSOE te pudiera defender la Constitución. El PP ha optado por el sí, si bien en los foros de su página web –monumento a la particular esquizofrenia PP: el 13-M, en la página abundaban convocatorias para ir, sic, a Lavapies, a matar moracos-, los chicos PP reclamaran el no.

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